Bilbao, situada en el País Vasco al norte de España, es un destino fascinante que combina tradición, modernidad y una rica oferta cultural.
El Museo Guggenheim es el icono más famoso de la ciudad, una obra maestra arquitectónica diseñada por Frank Gehry. Su impresionante estructura de titanio y vidrio alberga una colección de arte contemporáneo de renombre internacional.
El Casco Viejo, conocido como «Las Siete Calles», es el corazón histórico de la ciudad. Sus estrechas callejuelas empedradas albergan tiendas, bares de pintxos, plazas animadas y la Catedral de Santiago, un símbolo histórico de la ciudad.
El Mercado de la Ribera, a orillas del río Nervión, es uno de los mercados cubiertos más grandes de Europa y un lugar perfecto para disfrutar de la gastronomía local y sus productos frescos.
El Puente Zubizuri, diseñado por Santiago Calatrava, es un puente peatonal cercano al Guggenheim que ofrece una arquitectura única y una vista panorámica de la ciudad.
El Museo de Bellas Artes de Bilbao cuenta con una destacada colección que incluye obras de artistas vascos y maestros de renombre internacional, ofreciendo una experiencia cultural enriquecedora.
La Ría de Bilbao es un lugar encantador para pasear y disfrutar de las vistas. El Paseo Nuevo, con sus paisajes costeros, y el Paseo de Abandoibarra son opciones ideales para disfrutar del entorno natural y el ambiente relajado.
La Basílica de Begoña es un importante lugar de peregrinación y un punto de referencia religioso en la ciudad.
Bilbao, la ciudad del Guggenheim
Bilbao, también conocida como la ciudad del Guggenheim, ha emergido como uno de los destinos más vibrantes y modernos de España. Desde que el museo Guggenheim, diseñado por Frank Gehry, abrió sus puertas en 1997, Bilbao ha experimentado una transformación impresionante. Este edificio icónico, con sus 33,000 finas planchas de titanio, no solo ha redefinido el paisaje urbano, sino que también ha colocado a la ciudad en el mapa mundial del arte y la cultura.
Impacta ver las estructuras plateadas del Guggenheim al lado de la ría, un contraste fascinante con el casco antiguo de Bilbao, que tiene aproximadamente 700 años de historia. Caminar por las famosas «Siete Calles» del Casco Viejo es como viajar en el tiempo. Aquí se pueden encontrar edificios emblemáticos como el Teatro Arriaga, inspirado en la Ópera de París, y la Catedral de Santiago, que reflejan la rica historia de la ciudad.
Bilbao es su gastronomía vasca, con una identidad propia y reconocida internacionalmente. La ciudad cuenta con el mayor número de estrellas Michelin por persona, lo que la convierte en un paraíso para los amantes de la buena comida. Los pintxos, pequeños bocados de comida exquisita, son una experiencia culinaria que no se puede perder. En mis visitas a Bilbao, siempre hago una parada en el Mercado de la Ribera, un lugar donde puedes comprar ingredientes frescos y cocinarlos allí mismo, o simplemente disfrutar de una variedad de pintxos acompañados de un buen vino local, como el txakoli.
Bilbao también nos ofrece una ciudad verde, rodeada de montañas y con numerosos parques. El Funicular de Artxanda es un clásico para ver Bilbao desde las alturas, ofreciendo unas vistas panorámicas que quitan el aliento. La ría de Bilbao es un símbolo de la regeneración de la ciudad, y es común ver a surfistas y remeros disfrutando de sus aguas. Además, el Puente Colgante de Portugalete, declarado Patrimonio de la Humanidad, es una visita obligada para los que desean entender la ingeniería y la historia de la región.
Siempre que visito el Casco Viejo de Bilbao, descubro nuevos sabores que me dejan deseando volver. Lo último que encontré fue toda una sorpresa: un restaurante que fusiona la cocina oriental con la tradicional vasca. Esta innovadora mezcla atrae a multitudes, y es una muestra más de cómo Bilbao combina la tradición con la modernidad de manera magistral.