Estrasburgo, en el noreste de Francia, es una ciudad que fusiona la historia, la cultura y la política, albergando instituciones clave de la Unión Europea. Su corazón histórico, la Grande Île, es Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO y está repleto de encanto.
La majestuosa Catedral de Notre-Dame de Estrasburgo, con su distintiva arquitectura gótica, es un punto de referencia icónico. Subir a su mirador ofrece vistas panorámicas impresionantes de la ciudad y sus alrededores.
La Petite France es un distrito pintoresco con calles empedradas, canales y casas de entramado de madera. Es un lugar perfecto para pasear, disfrutar de la arquitectura tradicional y probar la cocina alsaciana en sus encantadores restaurantes.
El Parlamento Europeo es una visita obligada para quienes desean comprender el funcionamiento de las instituciones europeas. Ofrecen recorridos guiados para explorar su papel y su historia.
El Barrio Alemán, Neustadt, es un testimonio de la influencia germana en la ciudad y alberga edificios impresionantes de estilo wilhelminiano.
El Palacio Rohan, antigua residencia de los príncipes-obispos de la ciudad, es ahora un museo que alberga importantes colecciones de arte y objetos decorativos.
Los canales y el río Ill ofrecen cruceros pintorescos que permiten explorar la ciudad desde una perspectiva diferente.
La Plaza Kleber es el corazón de la vida urbana de Estrasburgo y alberga eventos, tiendas de lujo y cafés al aire libre, perfectos para sumergirse en la vida cotidiana de la ciudad.
El Parque de l’Orangerie es un espacio verde encantador que ofrece lagos, jardines, zonas de picnic y un zoológico para disfrutar de actividades al aire libre.
La gastronomía alsaciana es otro punto fuerte, con platos como la choucroute (chucrut) y el baeckeoffe, acompañados de vinos regionales.
Estrasburgo, con su fusión de historia, cultura y su papel en la política europea, ofrece a los visitantes una experiencia diversa y fascinante en el corazón de Europa.